Durante casi un año y medio, el director Christian Poveda se infiltra en una de las llamadas maras salvadoreñas, pandillas que se enfrentan entre sí con gran violencia, integradas por jóvenes tatuados de la cabeza a los pies que se dedican principalmente a la extorsión, al robo y al tráfico de drogas. En la colonia La Campanera, en Soyapango, "La vida loca", filmada con cámara al hombro, recoge la cotidianidad de miembros de una de las principales agrupaciones pandilleras de El Salvador, La Mara 18, que se caracteriza por tener su propio lenguaje, tatuajes, códigos y elevados niveles de agresividad, violencia y criminalidad.
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JUEVES 15 DE MARZO. EXPLANADA CULTURAL. 18:00 HRS.
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